La actividad fabril acelera su mejora y el Gobierno se apoya en el sector para la recuperación económica.
La pandemia dejó al descubierto la importancia del sostenimiento de la producción industrial local. Por eso el Gobierno se apuró en desplegar una batería de medidas que le permitieron sobrevivir el peor momento de la crisis, que permitieron que ahora se convierta en uno de los sectores que lidera la senda de la recuperación. Esto será utilizado en la campaña legislativa del Frente de Todos, que mostrará la senda de recuperación de la actividad fabril.
En julio, la industria tuvo el tercer mes de mayor producción desde 2018. Según un informe de CEP XXI, en julio el sector creció 3,9% respecto al mismo mes de 2019 y 5,2% por encima del promedio de ese año. La inversión marca siempre la antesala del crecimiento económico: en el primer trimestre de este año superó en 14,3% al promedio del 2019.
Por supuesto que la evolución fue dispar: de 14 ramas, siete incrementaron su consumo de energía desestacionalizado frente a junio (entre ellos, textiles, metalmecánica o minerales no metálicos), y las otras siete lo redujeron (destacándose automotriz, químicos o caucho y plástico). Esto demuestra que la actividad va por el sendero de la recuperación, pero que le queda un tramo por recorrer para salir de la pandemia.
La llegada del COVID expuso la necesidad de contar con un sector fabril argentino desarrollado, destacan los economistas del Ejecutivo. La fabricación de respiradores en el país permitió abastecer al mercado interno en una crisis sin precedentes. Lo mismo sucedió con la industria farmacéutica: parte del proceso de fabricación de las vacunas Astrazeneca que se aplican en Argentina se realiza fronteras adentro, mientras que la producción de la Sputnik V se incrementa mes a mes.
“De no haber contado con estas industrias, el abastecimiento de ambos insumos clave para la salud de los argentinos hubiera sido muchísimo más complejo para nuestro país”, confiaron fuentes del Gobierno a El Destape en el marco del día de la industria, que se celebra todos los 2 de septiembre. El diagnóstico del Frente de Todos difiere del histórico relato del neoliberalismo, dado que Argentina se encuentra dentro del grupo de naciones semi-industrializada y de renta media, no en las de agroexportadores pobres.
“Durante los años del gobierno de Macri se celebró con amplio eco mediático la exportación de limones a los Estados Unidos, mientras la producción industrial se derrumbaba. Se sostuvo desde el macrismo la falsa dicotomía entre industria y campo. Se llamaba a exportar fuerte desde el agro, generar divisas y vía importaciones, abastecer a la Argentina de productos industriales a menor precio. El resultado fue la destrucción de la producción industrial local, no hubo baja de precios, se registró una crisis económica dramática y un aumento acelerado del desempleo”, compara un informe que circula en Casa Rosada al que este medio tuvo acceso. Por otro lado, propone que el camino que auspicia el Ejecutivo trata del opuesto: “Identificar las posibilidades de desarrollo industrial competitivo en la Argentina e impulsarlo, al tiempo que se sostienen las industrias estratégicas”.
El paradigma global
En su primer discurso ante el Congreso de los Estados Unidos, Joe Biden estableció los lineamientos de su gobierno con una fuerte ruptura con el paradigma neoliberal que rigió en los Estados Unidos tras el desmantelamiento o la reconstrucción de cadenas de valor y una fuerte inversión en investigación y desarrollo para profundizar la guerra comercial con China. El proyecto económico del demócrata postula también estimular la demanda vía distribución para impulsar la economía y los mercados. Para esto esgrime una histórica consigna proteccionista de los EEUU: “Buy American”.
La administración de Biden busca, en sus propias palabras, que "el futuro de Estados Unidos sea hecho en Estados Unidos por todos los trabajadores estadounidenses". Este contexto y objetivos resultan similares a los que se inscribe Alberto Fernández: producción, empleo, redistribución y crecimiento económico.
Fuente: El Destape