En su libro de memorias el expresidente Macri dijo que hubiera querido tener la venia del Fondo para intervenir en el mercado de cambios.
El libro de memorias "Primer tiempo", de expresidente Mauricio Macri, salió a la venta este miércoles y marca su regreso a la actividad política activa. El libro de 300 páginas se centra en la narración y balance de sus cuatro años de gobierno.
Macri lamentó de “no haber encontrado la manera de convencer al FMI de que nos permitiera intervenir en el mercado de cambios para controlar al dólar”. Ese es uno de los puntos más salientes en materia económica.
Sobre el ritmo de la economía
A modo de síntesis, dos cosas que revisaría si pudiera volver atrás son, al principio, no haber tenido consistencia entre la política monetaria y la política fiscal, y, después de mediados de 2018, no haber encontrado la manera de convencer al FMI de que nos permitiera intervenir en el mercado de cambios para controlar al dólar.
Pesada herencia
Nos habían dejado una bomba sin explotar cuya mecha era verdaderamente corta. Quien mira los números en detalle puede ver que con ese déficit, ese atraso cambiario, ese Banco Central con reservas netas negativas y esa inflación contenida artificialmente, con cepos de todo tipo, la bomba ahí estaba.
Pero mi responsabilidad como piloto del avión era convencer a los argentinos y a los mercados de que la bomba no iba a explotar. Me habían entregado un avión en problemas que requería maniobras urgentes para ser estabilizado. Si en lugar de calmar a los pasajeros y decirles que la situación estaba bajo control, los asustaba diciendo que teníamos una bomba a punto de explotar, la situación podría haberse vuelto caótica.
Sobre Lopetegui y Quintana
Con ellos, además, cometí un error grave a finales de 2016 cuando dije en una reunión de Gabinete ampliado, en el CCK, que eran “mis ojos, mis oídos y mi inteligencia”. No fue una frase premeditada ni un mensaje indirecto contra nadie: simplemente quise manifestar mi satisfacción por el vínculo que habíamos formado. Pero me arrepentí casi instantáneamente después de haberla dicho, porque con esa frase les di un protagonismo y una relevancia que generaron un contraataque inevitable, dentro y fuera del gobierno.
Reforma jubilatoria
No tengo dudas de que el cambio fue el mandato que recibimos de la mayoría de los argentinos. Hoy me queda más claro que todos nuestros votantes querían un cambio político después de 12 años de kirchnerismo. Pero no todos querían el cambio económico. Esto nos debilitó al impedirnos contar con la autoridad necesaria para emprender las reformas económicas estructurales que el país necesita.
De hecho, y pese a todas las piedras -en este caso literales-, pudimos avanzar con una modesta reforma previsional cuyos efectos positivos se extinguieron con el cambio de gobierno. Fue otra de las tantas vueltas atrás que protagonizó el kirchnerismo. Como si se tratara de una monarquía, el dedo del Poder Ejecutivo se volvió amo y señor de las jubilaciones. Me resulta increíble que los mismos que se rasgaron las vestiduras ante nuestra fórmula sean los mismos que decidieron meses después meterle la mano en los bolsillos a nuestros jubilados.
Círculo rojo
Los empresarios son miembros clave del círculo rojo. Los conozco bien. Al fin y al cabo, yo mismo vengo de ahí. Como en todo conjunto humano, existe una gran diversidad. Están los que quieren trabajar de verdad en un ambiente de reglas claras, sano y sin corrupción. Y, por supuesto, están los otros, los vivos, los que prefieren un entorno amañado, los que apuestan a la trampa y han aprendido a vivir a costa de los beneficios que se pueden obtener en un sistema que permite ese tipo de conductas.
Una parte importante de nuestro empresariado ha tenido comportamientos corporativos y proteccionistas y tiene su cuota de responsabilidad en nuestro estancamiento colectivo.
Este jueves, el expresidente presentará su libro "Primer Tiempo" desde las 18 en el Centro de Convenciones Buenos Aires, del barrio porteño de La Recoleta.
Fuente: Ámbito