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“La contaminación que genera el plástico es muy dolorosa”

Nicolás Gutman, del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz, planteó la necesidad de discutir una reconversión de la industria de los envases a través políticas impositivas. La propuesta es crear una “ecotasa” para mejorar los hábitos de consumo.


Un informe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) plantea la necesidad de discutir la implementación de impuestos al plástico, para incentivar y orientar una reconversión hacia una economía con baja intensidad de ese material, que es uno de los mayores causantes de contaminación ambiental.

“El plástico se ha vuelto un problema en todos los países, ricos y pobres, e inclusive los países menos desarrollados tiene una problemática mayor porque no tienen tanta capacidad de recuperar y sacar la contaminación que genera”, indicó Nicolás Gutman, integrante del CESO.

Y aclaró que “la contaminación que genera el plástico es muy dolorosa y tiene implicancias en la salud pública, las personas, los ecosistemas; y el caso de Argentina no es ajeno a todo esto porque la industria es global, y por lo barato y lo fácil que es producir plástico”.

El informe destaca que la capacidad de reciclaje de este material “está hace mucho tiempo colapsada” porque solo un 6% de los 9 mil millones de toneladas que se han producido en el mundo hasta la fecha fueron reciclados, “el resto termina en rellenos sanitarios, en basureros a cielo abierto, en los ríos, en los océanos y en el medio ambiente en general”.

“Desde el CESO estamos proponiendo aplicar una política fiscal, cobrar un impuesto, una tasa o una ecotasa, que son las diferentes modalidades que se están dando en todo el mundo para ir llevando la industria, la producción y los hábitos de consumo a un lugar más sano y mejor para el ambiente, los ecosistemas y para la salud”, definió el economista.

De acuerdo al centro de estudios, en Argentina se producen todos los días “más de 50 mil toneladas de residuos de los que se recuperan menos de un 10% y de los cuales más del 20% son envases post consumo”; lo que implica que existan más de 5.000 basureros a cielo abierto y rellenos sanitarios ilegales que hacen que “el problema de los residuos sólidos urbanos” sea uno “de los mayores problemas socioambientales del país”.

Gutman señaló que “los plásticos de un solo uso eventualmente van a ser prohibidos” en todo el mundo y “quizás dentro de unos años vamos a pensar que era una locura que todo el tiempo agarrábamos plástico y lo tirábamos; porque gran parte de la contaminación de todos los océanos del mundo, los lagos, los ríos, es generada por bolsas, bolsitas, botellas de gaseosa”.

Y aclaró que “muchas de las empresas, como son oligopolios, se resisten a tener que usar plástico reciclado, porque es más barato tomar resinas vírgenes, volver a agarrar el combustible y transformarlo en plástico, que hacer el proceso de separarlo, limpiarlo y reciclarlo”.

Otro dato que aporta el informe es que el packaging plástico “es responsable de casi la mitad de la contaminación plástica mundial y la mayoría se tira sólo unos minutos después de su primer uso o compra”.

Por eso el economista y politólogo plantea que una política impositiva puede “empujar a la industria a salir de un modelo de negocio lineal” y también “reconvertir las formas de este consumo tan dañino y tan tóxico”.

Gutman aclaró, sobre las resistencia de las empresas a este tipo de impuestos y de esta reconversión, “que las industrias del plástico mueven millones y millones de dólares, no es que van a quebrar”, y agregó que “hay un principio de la economía y la política pública y la política ambiental, que es como funciona en el mundo, que el que contamina paga; y con el plástico eso no está sucediendo”.

“El plástico tiene una cadena interesante, no hay pymes que producen plástico, hay pymes que compran plástico a las petroquímicas que son tres en el país, es un oligopolio que tiene mucho poder de fijación de precios”, describió el especialista y aseguró que “las pymes del sector plástico también se tienen que reconvertir, por eso la idea es cobrar un impuesto y dar un tiempo razonable a la industria y a los consumidores para que se adapten”.

“Todos tenemos que poner nuestra parte para estas transiciones productivas ambientales y ecológicas y especialmente los ganadores de siempre”, definió Gutman y agregó que “las pymes ganarán menos pero también se tienen que adecuar, esas son las reglas del juego en el mundo”.

Desde el CESO plantean que “la prohibición del plástico de un solo uso” ya está vigente en más de 200 ciudades y 15 países en el mundo y “a partir del próximo año se extenderá a todos los países de la Unión Europea”.

Por eso reclaman la necesidad de “un proyecto nacional” que incluya “una tasa ambiental para los plásticos de un solo uso y los envases plásticos; y a la vez un estímulo fiscal por la utilización de plástico reciclado que desincentive el uso de resinas vírgenes”.

Y además, con la recaudación de esta tasa ambiental, proponen crear un “fondo de uso específico” que pueda aportar a la “minimización de uso del plástico, la maximización del reciclaje y el desarrollo de nuevos productos y tecnologías como sustituto al plástico y el apoyo a las cooperativas recicladoras y el ingreso de los trabajadores y recolectores informales al trabajo en blanco”.

Gutman indicó que “ese impuesto que van a pagar tiene que ir al sector científico y de desarrollo para buscar nuevos materiales; tenemos en nuestro sector universitario muchísimas capacidades en el área de nuevos materiales, de nanotecnología que pueden ir buscando esos cambios”.
























Fuente: Va con Firma