La posible inversión de 8000 millones de dólares en la Patagonia argentina sigue dando que hablar. El hidrógeno verde es una apuesta a futuro sobre el que existen algunos interrogantes.
Por Elizabeth Pontoriero
A partir del Acuerdo de París de 2015 sobre el cambio climático, todos los países del mundo se comprometieron a limitar el calentamiento global. Sin embargo, para lograr esa meta es necesario reducir drásticamente las emisiones de dióxido de carbono y el camino es la transición energética, un cambio que permita reemplazar los combustibles fósiles por energías renovables. Aquí es donde juega un papel fundamental el hidrógeno verde, que promete ser el combustible más eficiente y limpio del futuro.
En los últimos informes de la ONU, los expertos señalaron que está comprobado que el calentamiento del planeta se ocasiona por la acción de los humanos, ya que la emisión de gases de efecto invernadero que surgen de las actividades industriales, como el metano y el dióxido de carbono, ayudan a incrementar la temperatura. En consecuencia, es importante encontrar otras alternativas que permitan reemplazar estas energías contaminantes.
La solución estaría en las energías renovables, que son aquellas que se basan en la utilización del sol, el viento, el agua o la biomasa animal o vegetal y que se caracterizan porque no usan combustibles fósiles, sino, otros recursos capaces de renovarse ilimitadamente y que no causan daño ambiental al no generar contaminantes.
A nivel mundial está aumentando la demanda de hidrógeno como un nuevo combustible para ocupar el lugar del petróleo y el gas. En este contexto, países como Alemania, los Países Bajos, Australia, China, Arabia Saudita y Chile se encuentran avanzados en el desarrollo del hidrógeno verde. En un futuro próximo, gracias a la inversión millonaria de la empresa australiana Fortescue Future Industries para extraer hidrógeno verde en la provincia de Río Negro, Argentina podría convertirse en uno de los principales exportadores de este combustible.
¿Qué es el hidrógeno verde?
El uso del hidrógeno como combustible no es una idea nueva, ya que se conoce desde hace décadas, incluso, según detalló la BBC, la NASA lo utilizó en naves espaciales y el primer motor de combustión de la historia funcionó con hidrógeno.
Sin embargo, el hidrógeno que es uno de los elementos más abundantes del planeta, no se encuentra disponible de forma libre, sino que es necesario extraerlo, por lo que se utilizan diferentes técnicas. La mayoría se obtiene de manera convencional, a partir de hidrocarburos como el gas natural y el carbón, pero estas formas de obtener hidrógeno emiten una gran cantidad de dióxido de carbono que es el responsable del calentamiento global.
Otra manera de obtenerlo es por medio de la electrólisis, un proceso que provoca la descomposición del agua en los gases de hidrógeno y de oxígeno por medio de una corriente eléctrica continua. La electricidad utilizada proviene de la energía eólica o del sol. Aquí es donde aparece el hidrógeno verde, llamado así porque su generación es un proceso limpio que no contamina el ambiente.
El hidrógeno verde tiene fines industriales, comerciales y domésticos. Uno de los principales usos es la fabricación del amoníaco que se utiliza para fertilizantes, productos de limpieza o explosivos. También, para la refinación del petróleo y algo menos en la fabricación del etanol que se usa como disolvente o combustible. En un futuro, se espera que pueda ser utilizado en el transporte y la calefacción.
Entre las ventajas que presenta el hidrógeno verde, encontramos que es 100% sostenible, ya que no emite gases contaminantes ni antes ni después de la producción; es más fácil de almacenar; es versátil porque puede transformarse en electricidad o combustible para ser utilizado tanto con fines domésticos como comerciales o industriales y puede mezclarse con el gas natural hasta un 20% y viajar por los mismos canales.
Sin embargo, a pesar de estos puntos positivos, también presenta algunas desventajas, como el costo excesivo, porque la energía que proviene de fuentes renovables es más cara de generar, también, un mayor gasto energético, pues la producción de hidrógeno verde necesita más energía que otros combustibles y, por último, mayores medidas de seguridad, ya que es necesario cumplir con ciertos criterios porque el hidrógeno es un elemento volátil e inflamable que podría provocar explosiones.
¿Por qué Río Negro?
La elección de esta provincia para este proyecto millonario no es azarosa, ya que desde hace tiempo Río Negro viene trabajando en planes estratégicos para mitigar el cambio climático y, dadas las características de su región, esperaba convertirse en un gran productor de hidrógeno verde. Sin embargo, uno de los impedimentos que tiene la producción de hidrógeno a partir de energías renovables es el excesivo costo, por lo que se requieren grandes inversiones para llevarlo a cabo.
Debido a este factor, según informó el gobierno de la provincia de Río Negro, solicitaron a Fraunhofer Institute for Energy Economics and Energy System Technology (IEE) la realización de un estudio de pre-factibilidad para determinar la potencialidad del territorio en la generación de hidrógeno verde a escala comercial. Así, se estableció “una relación estratégica entre la Provincia y Fraunhofer para la obtención de financiación e inversiones en proyectos de plantas productoras de Hidrógeno Verde para consumo interno y posterior exportación”.
En esta línea, la provincia presentó sus proyectos a nivel internacional para poder concretar sus planes estratégicos. Según expresó la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, en la Secretaría de Medios de la provincia, la elección no fue fácil ya que la provincia fue seleccionada tras una competencia con otros países, en la que debía demostrar que contaba con las condiciones necesarias para este emprendimiento, “pensemos que 130 proyectos en el mundo estaban compitiendo para la empresa Fotrscure, nosotros hemos quedado entre las primeras elegidas. Por lo tanto, ha sido un gran esfuerzo”.
Una de las razones por la que la provincia de Río Negro fue seleccionada radica, además de su capacidad tecnológica y científica, en las condiciones climáticas que presenta, como los vientos fuertes y su salida al mar. La planta para producir hidrógeno verde se instalará en Punta Colorada, una zona portuaria en el golfo de San Julián, adonde llegaban los yacimientos de Sierra Grande, un lugar estratégico por la presencia de vientos constantes, necesarios para la generación de energía eólica. Precisamente, allí, se instalarán tres parques eólicos.
De acuerdo con una publicación del Gobierno de esa provincia, en agosto de este año la gobernadora había firmado el primer acuerdo con las autoridades de Fortescue Fortune Industries y la Nación, en el marco de las acciones iniciadas a fines de 2020 para comenzar a desarrollar el potencial de la provincia en materia de proyectos verdes.
Fortescue Fortune Industries es una subsidiaria, dedicada a la producción de hidrógeno verde, de la empresa australiana Fortescue Metals Groups que actualmente es uno de los mayores productores de hierro del mundo con la generación de 170 millones de toneladas de hierro por año y que desde 2018 ya cuenta con otras inversiones en Argentina.
Según señaló la empresa, la idea es convertir a esta provincia en un importante exportador internacional para 2030, con una capacidad de producción de 2,2 millones de toneladas anuales.
La gobernadora expresó que esta inversión millonaria ayudará a concretar el plan propuesto, ya que se trata de “la primera producción de hidrógeno verde a gran escala, estamos hablando ya no de un evento o de una planta experimental, sino que estamos pensando en producir para satisfacer el mercado interno y también para exportar”, lo que podría posicionar, no solo a la provincia, sino también a la Argentina como polo exportador de Sudamérica.
Fuente: Agencia Paco Urondo