Hugo Sigman, el dueño del laboratorio mAbxience, dirige con su esposa el Grupo Insud. Su política comercial es muy distinta a la del capitalismo rentístico y especulativo.
Desconocido para casi toda la población de nuestro país hasta este martes, ese día Hugo Sigman se convirtió en “el empresario argentino que va a fabricar la vacuna contra el coronavirus” que está en fase de ensayos por parte de científicos de la Universidad de Oxford (Inglaterra) asociados con el laboratorio AztraSeneca (de capitales suecos y británicos).
A partir del histórico anuncio en ese sentido que hizo el presidente Alberto Fernández, la biografía de Sigman tanto privada como comercial y de otros emprendimientos mostró características “raras” respecto del perfil habitual de los grandes empresarios que actúan en Argentina.
Al revés del capitalismo rentístico que aprovecha ventajas comparativas locales y gana dinero aquí, pero le importa nada el resto de la sociedad y el mercado interno, y su especialidad es la especulación financiera para luego fugar dólares al exterior y esconder la plata evadida el fisco en guaridas fiscales, esta vez se conoció a un verdadero inversor moderno, y con sentido del desarrollo nacional en lo económico, en lo científico y también en la industria cultural y del entretenimiento.
Sigman dirige el laboratorio elegido por AstraZeneca para producir el reactivo de la vacuna. Dicho laboratorio nacional se llama mAbxience (en la marca, la primera letra se escribe con minúscula), y es parte del denominado Grupo Insud. Este se define como “un conjunto de empresas de capitales argentinos, comprometido con el desarrollo del país en proyectos de largo plazo. Nuestras áreas de trabajo son Ciencias de la Vida, Información & Cultura, Agronegocios, y Naturaleza & Diseño”.
“La visión e impronta de nuestros fundadores, Hugo Sigman y Silvia Gold, está presente en cada emprendimiento del grupo y refleja su amplia diversidad de intereses así como un fuerte compromiso con proyectos innovadores y sustentables”, expresa la información institucional del consorcio empresarial, que tiene presencia internacional por ejemplo en España, China y Suiza.
Justo al comienzo de este año, mAbxience inauguró una planta productora de medicamentos biológicos que costó unos 40 millones de dólares. Tiene 8.700 metros cuadrados de superficie y está ubicada el Conurbano Norte, más precisamente en la localidad de Garín, distrito de Escobar, a uno 55 kms. de la ciudad de Buenos Aires.
La apertura formal de la planta tuvo lugar en febrero, cuando Alberto Fernández llevaba solo dos meses en el cargo y faltaba uno -nadie lo sabía- para que el Covid-19 fuera declarado “pandemia” por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en esos días se confirmaran los primeros casos en Argentina.
El acto inaugural fue encabezado por quien era “nuevo” presidente de la Nación. “Lo que necesitamos es que haya muchas más empresas como estas, que haya muchos más empresarios invirtiendo y dando trabajo, y menos banqueros comprando letras del Banco Central para llenarse de plata”, expresó esa vez Fernández.
El empresario “dueño de casa”, en el mismo acto, dijo entre otras cosas: “En este polo tecnológico, que es el más grande de Latinoamérica, hemos cuidado tres aspectos: la equidad de género; la formación de jóvenes personas que estudian en Escobar, en general de familias humildes; y fomentar al máximo posible que nuestros productos sean comprados a pymes”. Raro discurso para un poderoso empresario argentino.
Durante la etapa de Mauricio Macri, Sigman tuvo problemas porque el oficialismo de entonces adoptaba medidas que favorecían a laboratorios internacionales y perjudicaban a los nacionales. Según versiones periodísticas, en el gobierno macrista lo consideraban “sospechoso” por tener buenas relaciones con el kirchnerismo.
Producción cultural
El Grupo Insud incluye más de una docena de empresas de muy diferentes rubros de la producción y los servicios. Por ejemplo, Insudpharma está dedicada a la investigación y desarrollo de tratamientos con fármacos; Garruchos y Los Murmullos, a la actividad agropecuaria; Pomera, a la forestación y la industria maderera.
Además, cuatro compañías del grupo pertenecen a la producción cultural y periodística. Tres de ellas son Clave Intelectual y Capital Intelectual (dos editoriales de libros) y La Monde Diplomatique (edición local del periódico que lleva ese nombre y está asociado a la edición central en Francia).
Pero quizás más llamativa es la cuarta compañía del rubro cultural dentro del Grupo Insud. Se trata de KS-Films, cuya actividad en la producción cinematográfica. Ha participado en algunas de las películas argentinas más famosas desde hace más de una década y media.
Desde “Relatos salvajes” (2014), “El clan” (2015) o “El ángel” (2018), hasta la más reciente “La odisea de los giles” (2019). Antes, otras como “El perro” (2004), “Crónica de una fuga” (2006), “La cordillera” (2017) o “El último héroe” (2018, dirigida por Emir Kusturica, sobre la vida del expresidente de Uruguay y referente político internacional José “Pepe” Mujica), entre una veintena de películas.
Con su esposa, Silvia Gold
Hugo Sigman es psiquiatra de profesión y comparte la actividad laboral empresarial con su esposa Silvia Gold, bioquímica. Ambos iniciaron la expansión comercial a partir de la compañía familiar fundada por el padre de ella, el empresario farmacéutico Roberto Gold. En los años ‘90, últimos de su vida, el padre creó la fundación Mundo Sano, dedicada a combatir las enfermedades generalmente poco consideradas por la medicina comercial, como el Chagas.
Actualmente, conducido por Hugo y Silvia, el Grupo Insud fomenta la cooperación público-privada como modelo de trabajo conjunto entre los investigadores que forma el sistema científico, las empresas y las agencias sanitarias, en busca de nuevos y mejores tratamientos.
En 1994 crearon el Consorcio I+D+i (Investigación, Desarrollo, e Innovación), que involucra a más de 100 investigadores y cuenta con tres áreas de acción: terapias innovadoras en cáncer, líneas de investigación tecnológicas para la producción de anticuerpos monoclonales para uso terapéutico, y producción de vacunas “recombinantes”.
“Visión muy solidaria”
Ayer, un día después del histórico anuncio de que su laboratorio “mAbxience” fue elegido para fabricar en Argentina el principio activo de una de las vacunas contra el Covid-10 que está en avanzada etapa de desarrollo, Sigman contó que los científicos de la Universidad de Oxford comenzaron la investigación y después fueron contactados por la empresa farmacéutica AstraZeneca.
Dijo que la conducción de este último laboratorio “tuvo una visión muy solidaria ante el problema porque la universidad le planteó que la vacuna tuviera un precio accesible y que fuera distribuida universalmente, sin restricciones, a todos los países del mundo”.
En la planta propia “vamos a empezar a producir la vacuna ahora”, declaró ayer el empresario argentino. Confirmó que comenzarán a elaborar “un mínimo de 150 millones de dosis para toda Latinoamérica, con excepción de Brasil” y aclaró que si fallan las últimas pruebas, esas dosis se descartarán.
Aseguró que la compañía está “asumiendo un riesgo muy importante” al comenzar a crear vacunas antes de que finalice la fase 3 de prueba. Explicó que “como compañía, estamos produciendo sin considerar los costos perdidos, en tanto que existe la eventualidad de que la vacuna no se pueda vender".
Sobre las fechas previstas para su comercialización, indicó que "la aprobación para sí o para no va a estar en el mes de diciembre o enero y nosotros vamos a empezar a producir la vacuna ahora”.
“La financiación de esto proviene de la Fundación Slim, el laboratorio Liomont (NdR: fábrica mexicana donde se envasará la sustancia activa producida en la planta de mAbxience) y de nosotros mismos”. Sigman aseguró que si la vacuna “se aprueba, venderemos; si no, se tendrá que destruir”.
Fuente: Va con Firma
Fuente: Va con Firma