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Buenos Aires, una ciudad rica pero muy desigual

Un informe realizado por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina da cuenta de las desigualdades hacia el interior de la capital en el contexto de pandemia. El trabajo aborda aspectos de conectividad, el acceso a la computadora y los problemas laborales.




Por Diego Colao


Un informe realizado por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) mostró las relevantes desigualdades que existen al interior de la ciudad de Buenos Aires, y evidencia que los efectos de la pandemia son muy diferentes si se analiza lo que ocurre en la zona norte privilegiada, en la zona sur, o en las villas; o si se pone el foco en el nivel educativo de los jefes de hogar o de sus ocupaciones.

“Este estudio pone de manifiesto que los niveles de desigualdad son relevantes porque si uno compara lo que pasa entre los distintos espacios socio residenciales o entre los distintos niveles educativos de los jefes de hogar o sus distintas inserciones ocupacionales, da cuenta de desigualdades internas”, definió María Rosa Cicciari, una de las autoras del informe, que fue solicitado por la Defensoría del Pueblo de la ciudad.

Y remarcó que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) “en comparación con el total país, en algunos casos tiene menores déficits, por lo tanto está mejor posicionada, pero a su interior tiene desigualdades altas; otros centros urbanos pueden tener un nivel más alto de carencia pero la distribución hacia dentro es más homogénea”.


Una de las variables que aborda el informe realizado en 2020 y donde puede verse reflejada la desigualdad al interior de la CABA es el de la brecha digital, donde indagan en dos variables, contar con computadora en el hogar y con servicio de internet.

En el total país, la cantidad de hogares sin computadora alcanzó el 40%, pero en CABA los valores promedio son significativamente menores, del 12%.

En cuanto al servicio de internet, mejoraron los indicadores a nivel país ya que pasó de 40% de hogares sin conexión en 2019 a un 28,5% en 2020, mientras que en la ciudad pasó del 14% al 8,6%.

“La CABA está mejor posicionada que el total del país en los dos indicadores, pero al interior de la ciudad encontramos brechas grandes, por ejemplo, no contar con computadora en el hogar es del 12% en el total de la ciudad, un 10% en las comunas de zona norte contra un 43,8% en las villas, se cuadriplica la brecha”, explicó Cicciari.

Y aclaró que “no contar con servicio de internet es más grave, porque en las viviendas de la zona norte solo un 3% no tiene, mientras que en las villas hay un 46% sin este servicio, y en zona sur, que si bien no es de asentamiento precario, hay un 29%, son 10 veces más, lo que muestra grandes diferencias al interior de la ciudad”.

“Si lo consideramos a nivel de inserción laboral o de nivel educativo pasa lo mismo, son los trabajadores marginales y el jefe del hogar con nivel educativo más bajo, los que tienen menor conectividad”, aseguró la investigadora.


Una de las variables que aborda el informe realizado en 2020 y donde puede verse reflejada la desigualdad al interior de la CABA es el de la brecha digital, donde indagan en dos variables, contar con computadora en el hogar y con servicio de internet.

En el total país, la cantidad de hogares sin computadora alcanzó el 40%, pero en CABA los valores promedio son significativamente menores, del 12%.

En cuanto al servicio de internet, mejoraron los indicadores a nivel país ya que pasó de 40% de hogares sin conexión en 2019 a un 28,5% en 2020, mientras que en la ciudad pasó del 14% al 8,6%.

“La CABA está mejor posicionada que el total del país en los dos indicadores, pero al interior de la ciudad encontramos brechas grandes, por ejemplo, no contar con computadora en el hogar es del 12% en el total de la ciudad, un 10% en las comunas de zona norte contra un 43,8% en las villas, se cuadriplica la brecha”, explicó Cicciari.


Y aclaró que “no contar con servicio de internet es más grave, porque en las viviendas de la zona norte solo un 3% no tiene, mientras que en las villas hay un 46% sin este servicio, y en zona sur, que si bien no es de asentamiento precario, hay un 29%, son 10 veces más, lo que muestra grandes diferencias al interior de la ciudad”.

“Si lo consideramos a nivel de inserción laboral o de nivel educativo pasa lo mismo, son los trabajadores marginales y el jefe del hogar con nivel educativo más bajo, los que tienen menor conectividad”, aseguró la investigadora.

La investigadora sostuvo que “el contexto Covid puso en evidencia utilidades que van más allá de lo recreativo, lo informativo, lo comunicacional, de la conectividad; los usos económicos o educativos adquieren otra relevancia”.

Economía y pandemia

Otro de los aspectos que profundizaron en el informe fue el de las variables económicas, que reflejaron que en todo el país la pandemia afectó a un 57,7% de los hogares, que tuvieron una disminución de ingresos y a un 34,6% de personas que tuvieron efectos negativos en la situación laboral personal.

El promedio de la CABA mostró que un 50,8% bajaron sus ingresos pero cuando analizan hacia adentro, afectó en un 96,4% a quienes viven en villas y en un 53,8% a quienes viven en la zona norte.

Y en cuanto al tipo de ocupación, afectó a un 42,6% de los trabajadores medios profesionales, a diferencia de los 70,6% de los trabajadores marginales.


Lo mismo ocurre con el nivel educativo, la pandemia afectó a un 44,5% de los jefes de hogar con nivel educativo alto y a un 62,8% con nivel educativo bajo.

“El mayor impacto está en la calidad de vida autopercibida en las variables de tipo económico, por ejemplo, haber disminuido los ingresos o haber tenido un impacto negativo en la situación laboral de las personas; esas variables tienen efectos negativos altos a nivel nacional, y también a nivel de la ciudad”, explicó Cicciari.

Y agregó que “a nivel espacio socio residencial, la ciudad puede ser dividida en comunas de acuerdo a si están en zona norte, zona centro, zona sur, y en el espacio de villas, que están repartidas en toda las comunas, y hay cuatro realidades donde claramente villas y zona sur tienen los impactos más negativos”.


Cicciari concluyó que el informe revela que “hay una correlatividad entre los que tienen menor nivel educativo, los que tienen peor inserción laboral y a veces eso se reflejó en el lugar de residencia”.


























Fuente: Va con Firma