En Argentina, según los datos oficiales más recientes disponibles a nivel nacional y de la ciudad de Buenos Aires, más de la mitad de quienes estudian en institutos de formación docente son mayores de 25 años. Pero, a diferencia de lo que afirmó la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, según el informe nacional Enseñar 2017, el 50% elige la carrera luego de terminar la educación secundaria, y no tras “haber fracasado en otras carreras”. Además, el 78% de los estudiantes citó como motivación principal para estudiar el “considerar a la educación como factor principal para el desarrollo de la sociedad”
Citando documentos oficiales, así lo comprobó AFP Factual, el sitio de chequeo de información de la agencia internacional de noticias AFP, la Agencia de Prensa Francesa, la más antigua del mundo.
Luego de recordar los repudiables dichos de la ministra de Educación porteña contra los trabajadores de la Educación, AFP recordó que los docentes argentinos "de nivel inicial, primario y secundario, pueden formarse en las antes llamadas escuelas normales, en universidades públicas y privadas y en los institutos de nivel superior, en carreras de cuatro años", y exploró si el perfil de los estudiantes en los institutos de formación docente se condice con los prejuicios de Acuña. Ahí salta que la funcionaria larretista mintió.
De acuerdo con el informe “Enseñar” sobre estudiantes avanzados de carreras docentes a nivel nacional, publicado por el Ministerio de Educación de Argentina en 2017, el 51% de los 11.941 encuestados en todo el país tenía más de 25 años [26% entre 26 y 30 años y 25% más de 30 años].
En la capital del país, la edad de ingreso a las carreras docentes disminuye. De acuerdo con el informe de 2016 “Caracterización de la Formación Docente en la Ciudad de Buenos Aires”, el 55% de los ingresantes era menor de 24 años.
El documento señala que ocho de cada diez estudiantes se encontraban “en la edad teórica para la asistencia en el nivel superior, según lo definido por instancias internacionales”. Esa edad, según explica el mismo documento, “se extiende hacia los cinco años posteriores de la edad típica de terminación de la educación secundaria y representa una cohorte de cinco años”.
La ministra Acuña expresó que los futuros docentes tenían un nivel socioeconómico “bajo”. Al respecto, la encuesta Enseñar señala que el 57% de los estudiantes trabaja, y brinda detalles sobre la educación y la situación laboral de las familias. El nivel educativo máximo alcanzado por la madre de la mayoría de los estudiantes (57%) es secundario incompleto, y el 58% son amas de casa, jubiladas o pensionadas, mientras que casi la mitad de los padres son jubilados, pensionados o asalariados del sector público.
Según un portavoz de la cartera que dirige Acuña, el resultado de una encuesta realizada en 2020 entre ingresantes de carreras de formación docente en Buenos Aires, documento al que no tuvo acceso AFP Factual, el 47% de los ingresantes trabaja y otro 40% busca trabajo, mientras que el 23% declaró tener menores a cargo.
La ministra Acuña también aseguró que, quienes eligen la carrera docente, lo hacen como tercera o cuarta opción, “luego de haber fracasado” en otras opciones formativas. Sin embargo, el informe de alcance nacional revela que para el 50% de los encuestados el profesorado es la primera carrera que cursa, mientras que un 29% indicó haber comenzado anteriormente una carrera que luego abandonó.
Por otra parte, 8 de cada 10 estudiantes entrevistados declaró haber elegido la carrera docente por “considerar a la educación como factor principal para el desarrollo de la sociedad”. En segundo lugar, mencionaron la vocación como motivo de elección y, en tercero, el interés por trabajar con niños y adolescentes.
Según el reporte, los motivos relacionados con aspectos económicos ocupan una posición menos preponderante: “5 de cada 10 estudiantes eligieron la carrera docente porque les garantiza un empleo relativamente estable, y 3 de cada 10 debido a que les permite una rápida salida laboral”.
Fuente: en Orsai