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Aquella Militancia

"Parece que fuera ayer pero la juventud está lejos, pasaron más de 50 años y demasiadas veces nos olvidamos de vivir"; me dice un reconocido compañero peronista mientras caminamos.



Por Roberto García 

“Mi reconocimiento y abrazo eterno a aquella militancia que ponía en juego su propia existencia en cada reivindicación, en cada una de sus luchas. Marcaron un sendero inagotable, tan grande como los sueños de amor y solidaridad con los que los transitaron. Hoy cualquiera de nosotros puede tomarse unos minutos, tal vez escuchando música de los 70 o volviendo a emocionarse con la lectura de aquellas luchas colectivas y seguramente se volverán presentes...sacarle lo oxidado es nuestra tarea, resignificar todo aquello en lo que podamos sentirnos interpelados”. 

"Parece que fuera ayer pero la juventud está lejos, pasaron más de 50 años y demasiadas veces nos olvidamos de vivir"; me dice un reconocido compañero peronista mientras caminamos, acomodamos nuestros barbijos y levantamos un poco la voz para que el distanciamiento no nos impida al menos escucharnos. 

Pucha que se les debe hacer difícil este tiempo a esos compas. Encima hoy también forman parte de una lista que les impone ser mucho más precavidos porque están en la línea de riesgo...claro, lo que no sabe este maldito virus es que ellos nunca, o casi nunca ponen por delante sus ombligos. 

Para esos militantes que lo dan todo sin especular, despojados de individualismo, enemigos íntimos de "toma y daca"; a ellos que claramente están inmersos en una apasionante entrega en la que no todos los políticos están. A ellos que no conciben encarar una sola lucha sin pensar por un momento en lograr el objetivo mayor: la libertad, la dignidad, la justicia social. 

A ese espíritu sin cuerpo que sobrevuela, que se arraiga en el amor al prójimo y allí florece, una y mil veces más, aunque a veces pareciera que lo vencen. 

A esa sangre injusta que corrió clandestina, que reveló la desaparición de "cuadros" invaluables. A los que heredaron en este tiempo sus banderas y no se hicieron los desentendidos sino que, por lo contrario, las izaron con el mejor de los cargos...el de conciencia colectiva. A ellos, un abrazo militante, mis respeto y agradecimiento. Deseo que la conquista del poder para transformar las realidades, nunca descuide las fuerzas básicas que permiten que eso suceda. Esa fuerza, fue, es y continuará siendo...La Militancia.- 















Fuente: Revista IDENTIDAD Y DEBATE (Facebook)