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Las heridas educativas del Macrismo y sus efectos colaterales en la pandemia

A poco tiempo de andar el gobierno de Mauricio Macri comenzó con el despido de trabajadores y trabajadoras del Plan Nacional de Inclusión Digital Educativa para, tiempo después, dar de baja al Programa Conectar Igualdad.



Por María Isabel Cassino

Vale la pena recordar que el Gobierno Cristina Fernández de Kirchner había entregado, a través del Programa Conectar Igualdad, entre 2010 y 2015 más de 5.300.000 de netbooks a docentes y jóvenes de las escuelas secundarias, escuelas especiales e institutos de formación docente de nuestro país.

De haber continuado la política de Cristina hoy tendríamos cerca de 10.000.000 de netbooks a disposición de las familias y del sistema educativo. Este único dato nos permite evaluar con mayor contundencia uno de los tantos efectos de la política de ajuste Macrista en materia educativa. 

Hoy, que tantísimas familias no tengan esta herramienta básica, para dar respuesta a la imperiosa necesidad de recursos tecnológicos que la pandemia nos demanda, limita mucho más que el aislamiento social y obligatorio.

Es cierto que con las netbooks solamente no alcanza para sostener la virtualidad. También es cierto que a muchos sectores les resuelve un problema.

El alto costo del acceso a internet es otra limitante en la actualidad. Las empresas de telefonía (tanto como las energéticas) han sometido al país entero a tarifazos que impiden la accesibilidad para todas y todos. Esto se constituye como un obstáculo, para el ejercicio pleno del derecho a la educación en tiempos de pandemia, en la medida que el Estado no garantice la conectividad gratuita. 

El acceso desigual a la tecnología acentúa las desigualdades educativas. Para pensar una educación universal por estos medios el Estado tiene que hacerse cargo de garantizar el acceso a los medios tecnológicos.

Pero no es momento de seguir enumerando la catástrofe educativa vivida en los últimos cuatro (4) años, así como tampoco es momento de referir a cada uno de los limitantes que tenemos en este contexto. Es momento de analizar y aportar elementos que permitan “darle tiempo” al sistema educativo (como le estamos dando tiempo al sistema sanitario para que se equipe) y a todos sus actores para que se acomoden a esta realidad que quizá se prolongue hasta avanzado el año.

El Gobierno de Alberto Fernández ya retomó la iniciativa política con respecto al Programa Conectar Igualdad. Planea entregar computadoras y evaluó, a principios de 2020, la compra de celulares para vincular el Programa con el Plan Nacional de Lectura en lo que se definiría como una multiplataforma. Además, el Ministerio de Educación de la Nación viene desarrollando distintas herramientas virtuales y cuadernillos para aquellos que no tienen acceso a internet.

Queda pensar y repensar las estrategias para aquellos que aún con los cuadernillos no pueden sostener esta escolaridad sin aulas porque los papás y las mamás o los familiares cercanos no pueden acompañarlos por no haber tenido oportunidades educativas en sus infancias y/ adolescencias.

Quedará para después pensar una línea de becas para que todos y todas, a los que les gane el desánimo o la falta de oportunidades y abandonen la escolaridad, puedan retomar sus estudios. 

Quizá sea momento de empezar a pensar políticas socioeducativas -post pandemia- que logren integrar conocimientos con habilidades tecnológicas para los grupos más desfavorecidos. No como una política focalizada sino como una política de igualdad educativa. La desconexión de la igualdad que nos dejó el gobierno de Macri se verá sino profundizada por lo vivido en estos tiempos.

Difícil momento para docentes, familias, pibes y pibas que, sin interacción (o sólo con interacción virtual), sin diálogo (o con poco diálogo), sin preguntas (o con pocas preguntas), sin mediación física (conformándonos con ver al docente o a la docente a través de la pantalla); debemos enfrentar la difícil tarea de facilitar y afrontrar la construcción del conocimiento en plena pandemia.

Las heridas educativas del Macrismo han dejado un sistema que necesita un tratamiento intensivo para la cura. 

Difícil tarea para el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner encontrar la cura sanitaria y la educativa entre otras curas…










María Isabel Cassino
Profesora en Ciencias de la Educación
Lic. En Tecnología Educativa
"Corriente Nacional 1ero la Patria"




Fuente: Cuatro Palabras